domingo, 30 de marzo de 2014
miércoles, 26 de marzo de 2014
CAMPAÑA RECOGIDA TAPONES DE PLÁSTICO
CAMPAÑA RECICLAJE SOLIDARIO DE TAPONES DE PLÁSTICO PARA CARMEN ,UNA NIÑA CON PARÁLISIS CEREBRAL.
Más información , tablón de anuncios de E.E.Paz del cole.
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martes, 18 de marzo de 2014
NORMAS DE CORTESIA
NORMAS DE CORTESÍA: Recurso didáctico en el que se muestran las normas de cortesía básicas para poder entablar relaciones interpersonales dentro de un clima de respeto: cómo presentarse ante desconocidos, cómo dar las gracias, cómo pedir las cosas por favor o cómo pedir disculpas.
LA INTERACCIÓN ENTRE IGUALES
Recurso didáctico orientado a mostrar a los alumnos/as patrones de conducta y pautas de comportamiento para responder de manera adecuada en situaciones sociales, orientado a reconocer conductas básicas socialmente correctas y conductas alternativas en diferentes situaciones, así como a aprender a reconocer emociones sencillas en iguales y a responder de manera adecuada en situaciones sociales.
SITUACIONES DE ESTRÉS Y RELAJACIÓN
domingo, 16 de marzo de 2014
LA TÉCNICA DEL SEMÁFORO PARA AUTOCONTROL DE EMOCIONES.
LA TÉCNICA DEL SEMÁFORO |
Esta técnica está especialmente indicada para la enseñanza del Autocontrol de las Emociones Negativas: Ira, Agresividad, Impulsividad, etc.
Este recurso resulta esencial en estos momentos dada la importancia de educar en actitudes de tolerancia, respeto, convivencia… La sociedad está siendo cada vez mas consciente de la necesidad de erradicar fenómenos de violencia y bullying en los centros educativos, resultando prioritario la educación de los aspectos emocionales de la inteligencia.
Pasos para la enseñanza de la Técnica del Semáforo:
1. Asociar los colores del semáforo con las emociones y la conducta:
a. ROJO: PARARSE. Cuando no podemos controlar una emoción (sentimos mucha rabia, queremos agredir a alguien, nos ponemos muy nerviosos…) tenemos que pararnos como cuando un coche se encuentra con la luz roja del semáforo.
b. AMARILLO: PENSAR. Después de detenerse es el momento de pensar y darse cuenta del problema que se está planteando y de lo que se está sintiendo.
c. VERDE: SOLUCIONARLO. Si uno se da tiempo de pensar pueden surgir alternativas o soluciones al conflicto o problema. Es la hora de elegir la mejor solución.
Para asociar las luces del semáforo con las emociones y la conducta se puede realizar un mural con un semáforo y los siguientes pasos:
Luz Roja:
1- ALTO, tranquilízate y piensa antes de actuar
Luz Amarilla:
2- PIENSA soluciones o alternativas y sus consecuencias
Luz Verde:
3- ADELANTE y pon en práctica la mejor solución
2. Aprender formas de controlarse:
Podemos comenzar pidiendo a los niños que hagan una lista de lo que pueden hacer para calmarse en una situación conflictiva. Lo normal es que entre todos surjan diferentes posibilidades, como distanciarse físicamente de la situación (alejarse del lugar, no volver hasta estar tranquilo), distanciarse psicológicamente (respirar profundamente, hacer un rápido ejercicio de relajación, pensar en otra cosa), realizar alguna actividad distractora (contar hasta 10, pasear, hablar con un compañero) etc.
Cuando los niños se dan cuenta de que existen muchas maneras de pararse y calmarse, se trataría de ver cuáles serían las mejores para cada uno.
Como padres o educadores podemos ayudar en esta fase proponiendo alternativas educativas que no se hayan planteado, por ejemplo respuestas incompatibles a “llegar a las manos” (cruzar los brazos, alejarse rápidamente del lugar, meter las manos en los bolsillos, etc.)
Este recurso resulta esencial en estos momentos dada la importancia de educar en actitudes de tolerancia, respeto, convivencia… La sociedad está siendo cada vez mas consciente de la necesidad de erradicar fenómenos de violencia y bullying en los centros educativos, resultando prioritario la educación de los aspectos emocionales de la inteligencia.
Pasos para la enseñanza de la Técnica del Semáforo:
1. Asociar los colores del semáforo con las emociones y la conducta:
a. ROJO: PARARSE. Cuando no podemos controlar una emoción (sentimos mucha rabia, queremos agredir a alguien, nos ponemos muy nerviosos…) tenemos que pararnos como cuando un coche se encuentra con la luz roja del semáforo.
b. AMARILLO: PENSAR. Después de detenerse es el momento de pensar y darse cuenta del problema que se está planteando y de lo que se está sintiendo.
c. VERDE: SOLUCIONARLO. Si uno se da tiempo de pensar pueden surgir alternativas o soluciones al conflicto o problema. Es la hora de elegir la mejor solución.
Para asociar las luces del semáforo con las emociones y la conducta se puede realizar un mural con un semáforo y los siguientes pasos:
Luz Roja:
1- ALTO, tranquilízate y piensa antes de actuar
2- PIENSA soluciones o alternativas y sus consecuencias
Luz Verde:
3- ADELANTE y pon en práctica la mejor solución
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Podemos comenzar pidiendo a los niños que hagan una lista de lo que pueden hacer para calmarse en una situación conflictiva. Lo normal es que entre todos surjan diferentes posibilidades, como distanciarse físicamente de la situación (alejarse del lugar, no volver hasta estar tranquilo), distanciarse psicológicamente (respirar profundamente, hacer un rápido ejercicio de relajación, pensar en otra cosa), realizar alguna actividad distractora (contar hasta 10, pasear, hablar con un compañero) etc.
Cuando los niños se dan cuenta de que existen muchas maneras de pararse y calmarse, se trataría de ver cuáles serían las mejores para cada uno.
Como padres o educadores podemos ayudar en esta fase proponiendo alternativas educativas que no se hayan planteado, por ejemplo respuestas incompatibles a “llegar a las manos” (cruzar los brazos, alejarse rápidamente del lugar, meter las manos en los bolsillos, etc.)
En el Aula de Convivencia tenemos un espacio en el que tenemos nuestro semáforo.
LA TÉCNICA DE LA TORTUGA
En el Aula de Convivencia tenemos un espacio dedicado a la técnica de la tortuga.
EL RINCÓN DE LAS EMOCIONES
El rincón de las emociones
Crear un espacio para enseñar a identificar y expresar emociones
Siguiendo las enseñanzas de Jane Nelsen, se propone que en el aula o en casa tengamos un espacio donde el/la niño/a pueda acudir cada vez que lo necesite con el fin de tranquilizarse haciendo uso de diferentes recursos que tenga a su alcance como cuentos, muñecos, hojas para pintar, etc.
Se trata de enseñarle que cuando está nervioso/a y el enfado le lleva a decir o actuar como no debe, puede hacer diferentes cosas por sí mismo para tranquilizarse y volver a un estado de equilibrio emocional que le permita pensar.
En este espacio podemos trabajar la identificación de emociones, la expresión de los sentimientos y el autocontrol emocional porque cuando los niños/as están alterados son incapaces de razonar por lo tanto es conveniente que les enseñemos a relajarse primero con nuestra cercanía y comprensión porque una buena forma de afrontar el mal comportamiento del niño/a es ayudarle a sentirse motivado para eliminar la causa que crea la conducta inadecuada.
Se trata de enseñarle que cuando está nervioso/a y el enfado le lleva a decir o actuar como no debe, puede hacer diferentes cosas por sí mismo para tranquilizarse y volver a un estado de equilibrio emocional que le permita pensar.
En este espacio podemos trabajar la identificación de emociones, la expresión de los sentimientos y el autocontrol emocional porque cuando los niños/as están alterados son incapaces de razonar por lo tanto es conveniente que les enseñemos a relajarse primero con nuestra cercanía y comprensión porque una buena forma de afrontar el mal comportamiento del niño/a es ayudarle a sentirse motivado para eliminar la causa que crea la conducta inadecuada.
Beneficios del rincón de las emociones
- Enseña autocontrol y autodisciplina
- Motiva al niño/a, le ánima a comportarse de forma adecuada
- El niño/la niña entiende que cuando está enfadado no reacciona bien y por eso tiene que relajarse
- Le ayuda a conocerse
- Le permite identificar sus emociones y autorregular su conducta cara a los demás
Cómo crear el rincón de las emociones
- Es importante que los niños/as participen en la elaboración de este espacio por lo tanto podemos explicarles la finalidad de este rincón y entre todos podemos diseñarlo y decorarlo.
- Elegir que objetos vamos a tener el rincón de las emociones, como una manta en el suelo, cojines, peluches, cuadernos para pintar,
- Para que todos respetemos este espacio y le demos el uso adecuado, hay que poner unas normas de funcionamiento:
- Entramos cuando necesitamos sentirnos mejor
- Salimos cuando hemos encontrado la manera de deshacernos de nuestro mal humor
- Buscamos al adulto para explicarle como nos hemos sentido y el conflicto que hemos tenido
- Tomamos una decisión correcta: disculparnos, pensar que podemos hacer la próxima vez, repetimos el ejercicio que no me salía, etc.
domingo, 9 de marzo de 2014
FÁBULA : " LA OSTRA Y EL PEZ"
Fábula : " La ostra y el pez " Interesante para trabajar la ASERTIVIDAD.
Érase una vez una ostra y un pez. La ostra habitaba las aguas tranquilas de un fondo marino y era tal la belleza, colorido y armonía del movimiento de sus valvas que llamaban la atención de cuantos animales por allí pasaban.
Un día acercó a pasar por el lugar un pez que quedó prendado al instante. Se sintió sumamente atraído por la ostra y deseó conocerla con todo su ser. Sintió un fuerte impulso de entrar en los más recónditos lugares de aquél animal misterioso. Y así, partió veloz y bruscamente hacia el corazón de la ostra, pero ésta cerró, también bruscamente, sus valvas. El pez, por más y más intentos que hacía para abrirlas con sus aletas y con su boca, aquellas más y más fuertemente se cerraban, pensó entonces en alejarse, esperar a cuando la ostra estuviera abierta, y en un descuido de ésta, entrar veloz sin darle tiempo a que cerrar sus valvas. Así lo hizo, pero de nuevo la ostra se cerró con brusquedad. La ostra era un animal extremadamente sensible y percibía cuantos mínimos cambios en el agua ocurrían, y así, cuando el pez iniciaba el movimiento de acercarse, ésta se percataba de ello y al instante cerraba sus valvas.
El pez triste, se preguntaba ¿por qué la ostra le temía?, ¿cómo podría decirle que lo que deseaba era conocerla y no causarle daño alguno?, ¿cómo decirle que lo único que deseaba era contemplar aquella belleza y compartir las sensaciones que le causaban?
El pez se quedó pensativo, y estuvo durante mucho rato preguntándose qué podría hacer. ¡De pronto!, se le ocurrió una gran idea. Pediré ayuda, se dijo. Sabía que existían por aquellas profundidades otros peces muy conocidos por su habilidad para abrir ostras, y hacia ellos pensó en dirigirse. Sabía que eran peces muy ocupados y no deseaba importunarles. Deseaba que le escucharan y que le prestaran su ayuda.
Aunque pensó – seguro que estarán tan ocupados que no podrán ayudarme. ¿Qué puedo hacer?, se preguntó.
Tras pensar algún rato llego a la conclusión que lo mejor era informarse por otros peces que les conocían cuál era el mejor momento para abordarle, cómo tendría que presentarse. Después de informarse muy bien, eligió el momento más oportuno y hacia ellos se dirigió.
- Hola, dijo el pez. ¡Necesito vuestra ayuda! Siento grandes deseos de conocer una ostra gigante pero no puedo hacerlo porque cuando me acerco cierra sus valvas. Sé que vosotros sois muy hábiles en abrir ostras y por eso vengo a pediros ayuda.
El pez continuó explicándoles las dificultades que tenía y los intentos por resolverlas.
Llegó a decirles la sensación de impotencia, que le entraba y los deseos de abandonar tras tantos intentos fallidos.
Los peces le escucharon con sumo atención, la hicieron notar que entendían su desánimo pues ellos se habían encontrado en circunstancias similares. Le felicitaron por el interés que mostraba en aprender y por la inteligencia que demostraba tener al pedir ayuda y querer aprender de otros.
El pez se sintió mucho más tranquilo y esperanzado, les contó los temores que tenía al pedirles ayuda y fue “abriéndose” cada vez más a toda la información que aquellos avezados peces le contaban. Escuchó con atención como a pesar de sus habilidades había algunas ostras que les resultaban difíciles de abrir, pero ello más que ser un motivo de desánimo, esa dificultad les estimulaba a seguir investigando y reunirse para intercambiar conocimiento y mejorar sus prácticas de abrir ostras.
Los peces continuaron en animada conversación.
- Mira, algo muy importante que has de lograr es suscitar en la ostra el deseo y las ganas de comunicarse contigo.
- ¿Y cómo podré lograrlo?
- De la misma manera que tu has logrado comunicarte con nosotros y “abrir nuestras valvas” de pez.
- ¿Cómo?
- Tú deseabas que nosotros te escucháramos y te prestáramos ayuda. Nos has dicho que dudabas de si podrías lograrlo, ¿no es verdad?
- Si, así es.
- Podrías haberte quedado con la duda, pero en lugar de eso, diseñaste un plan de acción. Buscaste información acerca de nosotros, te informaste de cuál era el mejor momento de abordarnos y qué decirnos. Tú sabías que nosotros éramos muy sensibles a la expresión honesta y sincera de “necesito vuestra ayuda”. También sabías que nos agrada, como a todo hijo de pez, el reconocimiento de nuestra competencia y veteranía en abrir ostras. Te confesamos que todo ello nos agradó mucho. También nos gustó tu mirada franca y serena, además de tus firmes y honestas palabras.
- Si, en efecto eso es lo que hice. Ahora que lo decía mis valvas de pez se sintieron también abiertas al notar que me escuchabais con atención. Me agrado mucho el que os hicierais cargo de mi impotencia, y por qué no decirlo, me agrado también el que me felicitarais por pediros ayuda.
- Claro, todo eso suele ser reciproco, contestaron los peces.
- Muy bien, pero ¿cómo podré hacerlo con la ostra? No conozco su lenguaje, sus costumbres, sus miedos, no conozco tampoco que es lo que le agrada.
- Bien, también has diseñado un plan de acción para abrir la ostra. El primer paso ha sido el de visitarnos para que te informemos de sus costumbres, de sus miedos, de todo aquello que le agrada.
Te podemos decir todo aquello que suele suscitar temor en las ostras. Les asusta el movimiento brusco de las aguas, de hecho habrás observado que cuando hay tempestades y hay mucho oleaje las ostras están fuertemente cerradas. Es por eso que si te acercas a ellas cuando hay muchas turbulencias tendrás grandes dificultades para lograr que se abran.
Les asusta el que algún animal se acerque de modo imprevisto. Les agrada en cambio los movimientos suaves, los besos y las caricias y el que se entre en sus interioridades sin antes conocerse durante algún tiempo. También les agrada mucho el que se les hable en su lenguaje. Habrás observado que lanzan a través de sus valvas pequeñas pompas de aire. Si las observas con suma atención podrás aprender los códigos que utilizan y sus significados. Cuando están tristes, asustadas, tiernas o alegres.
De este modo, los peces continuaron asesorándole. Le invitaron a pasar largos ratos observando el comportamiento de la ostra. Le invitaron también a asistir a algunos de los cursillos que organizaban y le regalaron un manual. “El manual de abridor de ostras”.
Tras varias semanas de observación, aprendizaje y entrenamiento, el pez pudo por fin disfrutar con aquella bellísima ostra. Pudo ¡al fin!, lograr entrar en las interioridades de las ostras y compartir las sensaciones que le causaba. Pudo, al fin, comunicarse.
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